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martes, 17 de abril de 2012

Los Elementos


Los cuatro elementos Fuego, Tierra, Aire y Agua se entienden como energías arquetípicas que tienen su efecto en nuestra conciencia y nuestra forma de ver el mundo. Según la prominencia de cada elemento en el horóscopo, varia el temperamento de la persona.

Los signos de fuego

Aries, Leo y Sagitario representan un temperamento extrovertido: dinamismo, entusiamo y fuerza de voluntad. Las personas con un énfasis en el elemento fuego poseen una sana confianza en sí mismos y tienen, por lo general, un buen sentido del humor. Necesitan su independencia y se proponen metas altas. Cualidades negativas son la impaciencia, el egoismo y una falta de sensibilidad.

Los signos de tierra

Tauro, Virgo y Capricornio representan un temperamento más tranquilo e introvertido. Las personas de ese tipo piensan de manera práctica, buscan la seguridad material, tienen paciencia y pueden soportar privaciones. Son cautelosas, disciplinadas y responsables, y saben utilizar el mundo material. A veces, les falta algo de fantasía, ya que son tan realistas que creen solamente lo que ven.

Los signos de aire

Géminis, Libra y Acuario destacan por sus facultades intelectuales. Con un énfasis en el elemento aire, ellos buscan el estímulo mental y sienten la necesidad de comunicarse con su entorno. Prefieren la compañía de otros, tienen muchas ideas y son capaces de pensar de modo abstracto. Su manera de proceder suele ser libre de emociones, lo cual les ayuda a juzgar objetivamente, pero tienden a ser algo superficiales y a sobrestimar el pensamiento científico.

Los signos de agua

Cáncer, Escorpio y Piscis simbolizan un énfasis en las emociones y los sentimientos. Las personas en cuyos horóscopos predomina el elemento agua saben entregarse, confían en su intuición y siempre están dispuestas a ayudar. Les fascina explorar los rincones escondidos de su propia psique y la de otros. A veces se pierden tanto en su mundo que pueden volverse caprichosos, padecer de ansiedades y sufrir depresiones.


Las cruces astrológicos

Los ejes astrológicos dividen la carta natal en tres grupos cualitativos que se denominan como cardinal, fijo y móvil o mutable. A cada grupo pertenecen cuatro signos, los cuales tienen rasgos comunes en lo que se refiere al modo de actuar, afirmar su voluntad y perseguir sus metas.

Los signos cardinales

Aries, Cáncer, Libra y Capricornio representan la facultad de iniciar nuevos procesos y explorar terreno desconocido. Las personas de ese tipo saben cuándo tienen que actuar y destacan por su trabajo pionero y constructivo. Los signos cardinales son creativos, ambiciosos y no huyen del riesgo, pero deben tener cuidado de no sobrestimar sus fuerzas.

Los signos fijos

Tauro, Leo, Escorpio y Acuario piensan sobre todo en el futuro y saben que la perseverancia merece la pena. Les gusta profundizar y concentrar sus fuerzas en metas concretas, pero pueden tener dificultades a la hora de adaptarse a circunstancias cambiantes. Los signos fijos prefieren trabajar con la materia que tienen a mano.

Los signos de mutables

Géminis, Virgo, Sagitario y Piscis reaccionan con rapidez a los cambios que se producen en su entorno y, por lo tanto, no tienen dificultad de adaptarse e integrarse a circunstancias nuevas. Los signos mutables necesitan la variedad, buscan los retos intelectuales y tienen un amplio abánico de intereses. Por otro lado, abandonan con facilidad y tienden al nerviosismo.


Los aspectos


Un aspecto es un ángulo determinado entre dos planetas. Por ejemplo, si dos planetas se hallan, vistos desde la Tierra, en el mismo ángulo, el aspecto es de 0 grados. Recibe la denominación de conjunción. Por regla general, se interpretan los siguientes aspectos:

Conjunción, 0 grados, significa intensidad


Sextil, 60 grados, significa armonía

Cuadratura, 90 grados, significa tensión

Trígono, 120 grados, significa armonía

Oposición, 180 grados, significa tensión


Otros aspectos menos usados son el semisextil, 30 grados; la semicuadratura, 45 grados; el quintil, 72 grados; la sesquicuadratura, 135 grados; el biquintil, 144 grados y el quincuncio, 150 grados.

La rueda del horóscopo es un círculo dividido en 360 grados, y un aspecto es la diferencia angular entre dos planetas situados en esa rueda. Si Marte está en 126 grados y Venus en 186 grados, tenemos una diferencia exacta de 60 grados, es decir, un sextil entre ambos planetas. Pero, ¿que ocurre si el ángulo entre estos planetas es de 58 o de 62 grados? ¿Tenemos todavía un sextil? Y si es así, ¿que pasa con los 55, 67 o 70 grados? En otras palabras: ¿dónde está el límite?
El factor determinante de esa cuestión recibe el nombre de orbe. Es la tolerancia que se aplica a un aspecto para que éste tenga válidez. Los orbes pueden variar entre 1 y 10 grados y dependen de los planetas y aspectos involucrados.

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